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La ternura y su devoción a la Virgen guiaron la mano de la diseñadora de la JMJ de Panamá

La ternura y su devoción a la Virgen guiaron la mano de la diseñadora de la JMJ de Panamá

La Jornada Mundial de la Juventud reunirá en Panamá entre el 22 y 27 de enero a cientos de miles de jóvenes provenientes de los cinco continentes y que se encontrarán en los actos centrales con el Papa Francisco, que pasará en el país centroamericano varios días.

Será una de las JMJ más marianas que se recuerda. El lema de esta edición es “He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra”, recordando así las palabras de la Virgen al Ángel Gabriel en la anunciación.

De hecho, estas jornadas tienen como uno de los elementos centrales la vocación de María, como algo a seguir por la juventud del mundo. Y este espíritu mariano también está muy presente en el logo de la jornada, diseñado por Ámbar Calvo, una joven estudiante panameña de Arquitectura de tan sólo 20 años, y que ganó el concurso entre más de 100 propuestas.

Según explica ella misma, la ternura y la devoción que siente por la Virgen María guió su mano a la hora de diseñar el logo. Se compone de tres colores: rojo, para indicar el amor y la pasión de Cristo, celeste para recordar el manto de la Virgen María, y azul por el Océano Pacífico, el Mar del Caribe; que a su vez representan los colores de la bandera panameña.

El inmenso amor de María

Ámbar Calvo sigue su explicación de este logo que superpone la letra “M” en un corazón, para representar el amor ilimitado de la Madre de Dios por toda la humanidad. De hecho, María es la protagonista del diseño, mostrado a través de la ternura de la silueta en el momento en que concibió al Niño Jesús.

Claramente visible en rojo, a su vez, está la “Cruz Peregrina”, símbolo y testimonio itinerante de la Jornada Mundial de la Juventud. Comenzó a ser utilizada por deseo de San Juan Pablo II en 1984, con ocasión del Año Santo de la Redención.

El pictograma, por supuesto, no olvida el lugar donde se realiza el encuentro de jóvenes de todo el mundo, dejando ver el perfil del istmo de Panamá en el corazón y en la “M”. Para Ámbar, la figura de María es “el camino para encontrar a Jesús y Panamá, también es el camino en 2019”.

La corona de la Madre celestial

Los pequeños puntos blancos que se ven en el itsmo son signo de la corona de la Madre celestial y representan a los peregrinos de los cinco continentes. El “sí” a una fiesta para todos los jóvenes del mundo.

El Arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, manifestó sentirse emocionado con el talento de la juventud panameña, porque este diseño de Ambar, “pudo captar el mensaje que deseamos enviar a los jóvenes del mundo, la pequeñez de nuestro país, dijo el prelado, pero la grandeza de nuestro corazón, abierto a todos y todas sin exclusión de nadie, de la mano de la Virgen María, un modelo de joven valiente, comprometida y generosa que supo de decir SÍ ante el llamado de Dios”.

“Los jóvenes son la reserva moral y humana de nuestras sociedades y de la misma Iglesia -señaló el Arzobispo de Panamá-, ellos son capaces de transformarlo todo, positivamente, arriesgándose como lo hizo la adolescente María de Nazaret, si somos capaces de enseñarles a amar como Jesús lo hizo con nosotros”.