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Esta Navidad recordemos a Jesús siendo un niño

Esta Navidad recordemos a Jesús siendo un niño

Imaginar la cotidianidad de Jesús siendo un niño no es tan fácil. Era Dios, era la Salvación misma caminando con sandalias y arena en los pies. ¿Qué pensamientos inundarían esa pequeña mente que de una u otra forma ya lo conocía todo?

Ver la última escena del video, donde el niño se inclina para llevar a cuestas el árbol y se levanta siendo un hombre, ¡me recordó tanto a Jesús llevando la cruz! Ya no era un niño aunque por dentro nunca dejó de serlo, ya no balbuceaba pero sí gemía de dolor camino al calvario. Ya no tenía sandalias, iba descalzo. Ya no era querido por todos, era abucheado.

Sin embargo algo en ese paralelo de edades no cambió, María seguía ahí, abriéndose paso entre la multitud para acompañar a su hijo. E imagino de inmediato esa escena que hemos visto en tantas películas sobre la vida de Jesús, donde tropieza siendo un niño y María corre a su auxilio.

Me llega a lo más profundo del corazón. Para María, Él seguía siendo su niño, su tierno y dulce Jesús. Ver a este pequeñín del video en medio de actividades cotidianas, que normalmente hace un adulto, es conmovedor. Porque ahí sigue estando Jesús, en cada recién nacido, en cada niño que da sus primeros pasos y en ti que ya eres un adulto.

Esta Navidad esforcémonos por pensar más en la infancia de Jesús, contemplemos el pesebre y pensemos en las emociones que invadían a José y María aquella noche en que las estrellas brillaban para su salvador. ¿Qué le dirías a ese Jesús envuelto en pañales? ¿Qué le darías en ofrenda?