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El San José dormido que el Papa Francisco guarda en su habitación

El San José dormido que el Papa Francisco guarda en su habitación

El Papa Francisco habló en un encuentro de familias en Manila de una devoción suya “muy personal”, su devoción a San José. Aquel día de 2015, habló de la imagen de San José dormido que guarda en su habitación y bajo la que pone -escritos en papeles- los problemas y las dificultades con las que se encuentra.

Fuera de la habitación 201 de la Casa Santa Marta, en uno de los dos nichos de madera oscura con un pedestal de mármol, hay una estatua de San José a cuyos pies el Papa deja papelitos con peticiones de gracias escritas por él mismo.

Cuando los papelitos se vuelven demasiados, porque “el Santo Padre hace trabajar mucho a San José”, la estatua se levanta un poquito…

En Manila dijo lo siguiente, saliéndose de su discurso en inglés y empleando el castellano:

“Yo quisiera también decirles una cosa muy personal. Yo quiero mucho a San José. Porque es un hombre fuerte y de silencio. Y en mi escritorio tengo una imagen de san José durmiendo. Y durmiendo cuida a la Iglesia. Sí, puede hacerlo. Nosotros no. Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de San José para que lo sueñe. Esto significa para que rece por ese problema”…

“Al igual que San José, una vez que hemos oído la voz de Dios, debemos despertar, levantarnos y actuar, en familia hay que levantarse y actuar. La fe no nos aleja del mundo, sino que nos introduce más profundamente en él. Es muy importante”…

“Del mismo modo que el don de la Sagrada Familia fue confiado a San José, así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios. Lo mismo que con San José. A San José el regalo de la Sagrada Familia le fue encomendado para que lo llevara adelante. A cada uno de ustedes, y de nosotros, porque yo también soy hijo de una familia, nos entregan en plan de Dios para llevarlo adelante. El ángel del Señor le reveló a San José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret”…

“Y pedirle a San José, que es amigo del ángel, que nos mande la inspiración de saber cuándo podemos decir sí, y cuando debemos decir no. Las dificultades de las familias son muchas”…

San José escuchó al ángel del Señor, y respondió a la llamada de Dios a cuidar de Jesús y María. De esta manera, cumplió su papel en el plan de Dios, y llegó a ser una bendición no sólo para la Sagrada Familia, sino para toda la humanidad. Con María, José sirvió de modelo para el niño Jesús, mientras crecía en sabiduría, edad y gracia (cf. Lc 2,52).