Usted está aquí

El próximo miércoles, misa para que la Virgen de la Mercè interceda sobre los males de la pandemia

“A más problemas y adversidades, más ayuda necesitamos”, afirma e-Cristians desde su iniciativa que propone rezar en la Basílica de la Virgen de la Mercè a la protectora de la ciudad, “porque nos ayude en este tiempo de pandemia y de crisis”.

La iniciativa, que comenzó el 9 de diciembre, propone una misa mensual. La próxima convocatoria es el próximo miércoles, 14 de abril en la Basílica de la Virgen de la Mercè en Barcelona a las 19h.

No es casualidad que la asociación haya escogido a la Mare de Déu de la Mercè para encomendar estos rezos, y es que a la Virgen se le atribuyen varios milagros vinculados a la ciudad.

“Creemos que vale la pena hacer el esfuerzo una vez al mes para ir a esta eucaristía -afirma e-Cristians-. Es bueno que recemos juntos para pedir la ayuda de la Virgen en momentos de dificultades y de incertidumbre y que Ella nos ayude en nuestra labor como asociación de intentar combatir los males que atacan a nuestra dignidad como personas y nuestros derechos como ciudadanos”.

Se cuenta que el 24 de septiembre de 1218 la Virgen de la Mercè se apareció simultáneamente al rey Jaime I, a San Pedro Nolasco y San Ramón de Penyafort y les encomendó que instituyesen una orden religiosa para rescatar a los cristianos rehenes en tierras sarracenas.

También siglos más tarde, en 1687, Barcelona fue atacada por una plaga terrible de langostas y el pueblo invocó la protección a la Virgen de la Mercè. Cuando se salieron, la proclamaron patrona de la diócesis, aunque no lo fue de manera oficial hasta el 1868, con el papa Pío IX.

La Virgen de la Mercè y la epidemia de 1821

La Virgen de la Mercè también es responsable de su intercesión para salvar a Barcelona de la peste. El Archivo Diocesano de Barcelona, ​​hizo pública recientemente sus investigaciones sobre los documentos que custodia referentes a la Virgen y las epidemias históricas que ha sufrido la ciudad de Barcelona. Tema de gran actualidad.

La fiebre amarilla o “peste amarilla” afectó muchísimo a Barcelona. Era el verano del año 1821. Entró en la ciudad a través de un barco de comercio (y tráfico de esclavos, posiblemente). El barco se llamaba “El gran Turco”. Se observó que las primeras víctimas fueron una docena de marineros y “mozos de cuerda” que accedieron a dicho barco.

Barcelona se encomendó a la Virgen y la peste remitió.

La orden mercedaria y Barcelona

En Barcelona también existe una gran tradición mercedaria. Esta orden religiosa se fundó en 1218 en la capital catalana de la mano de San Pedro Nolasco, un joven mercader de telas, con el apoyo de Jaime I el Conquistador y el obispo Berenguer II de Palou, con el objetivo de redimir a los cristianos cautivos de los musulmanes.

Hoy en día se dedica a la asistencia de los más necesitados. La orden cuenta con un millar de miembros y más de 150 conventos. De su presencia inicial en Europa, llegó a tener una amplia representación en América del Sur.

Los mercedarios se dedican a asistir a los más necesitados con cuidados pastorales en parroquias, con la asistencia de sacerdotes en las cárceles, a la acción educativa y asistencial en favor de los jóvenes abandonados, marginados o desfavorecidos en países de misión.