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Vatican News llama a Francisco ‘Sucesor de Cristo’

Vatican News llama a Francisco ‘Sucesor de Cristo’

Pero, al decir de Vatican News, publicación dependiente de la Secretaría de Comunicación de la Santa Sede, el actual Papa está un escalón más arriba, teológicamente difícil de justificar: el de ‘Sucesor de Cristo’.

Lo leemos en una información anodinamente titulada ‘Celebraciones presididas por el Papa en los próximos tres meses’. En el último apartado, ‘Enero: JMJ Panamá 2019’, escribe el redactor: “Después de la Epifanía, y como ya es tradición, el domingo 13 de enero, en la Festividad del Bautismo del Señor, el Sucesor de Cristo celebrará la Santa Misa y bautismo de algunos niños, a las 9.30 de la mañana, en la Capilla Sixtina”.

No tenemos que decirle al lector que los pontífices no son sucesores de Cristo, sino de Pedro; aunque solo sea porque los vivos no necesitan sucesores, y la Iglesia anuncia a Cristo Resucitado.

Se admite lapsus

Acabáramos. Todos los predecesores de Francisco en el Pontificado han sido considerados como ‘sucesores de Pedro’ y, como tales, vicarios de Cristo. Pero, al decir de Vatican News, publicación dependiente de la Secretaría de Comunicación de la Santa Sede, el actual Papa está un escalón más arriba, teológicamente difícil de justificar: el de ‘Sucesor de Cristo’.

Lo leemos en una información anodinamente titulada ‘Celebraciones presididas por el Papa en los próximos tres meses’. En el último apartado, ‘Enero: JMJ Panamá 2019’, escribe el redactor: “Después de la Epifanía, y como ya es tradición, el domingo 13 de enero, en la Festividad del Bautismo del Señor, el Sucesor de Cristo celebrará la Santa Misa y bautismo de algunos niños, a las 9.30 de la mañana, en la Capilla Sixtina”.

No tenemos que decirle al lector que los pontífices no son sucesores de Cristo, sino de Pedro; aunque solo sea porque los vivos no necesitan sucesores, y la Iglesia anuncia a Cristo Resucitado.

Se admite lapsus, naturalmente. Pero eso solo lo hace ligeramente menos problemático, por dos razones. La primera es que se trata de un error atroz, y la Santa Sede no puede permitirse equivocaciones en un asunto tan enormemente delicado y tan esencial para nuestra fe, no mejor que si el redactor se hubiera referido a la Santísima Binidad.

La segunda razón es más problemática, y es que el ‘lapsus’ parece corresponderse con una noción de la misión de Francisco que hemos leído, insinuada o explícita, infinidad de veces entre los entusiastas de la ‘renovación’ francisquista.

Recuerda, de hecho, a las palabras pronunciadas este mismo verano por el padre Thomas Rosica, asesor en lengua inglesa de esa misma secretaría de comunicación que publica Vatican News y responsable del grupo mediático de comunicación canadiense Salt and Light Television.

Sostenía Rosica: “El Papa Francisco rompe la tradición católica cada vez que quiere porque está ‘libre de apegos desordenados”. Y añadía: “Nuestra Iglesia ha entrado ciertamente en una nueva fase. Con la llegada del primer Papa jesuita, está gobernada abiertamente por un individuo más que por la autoridad de la Escritura solo o incluso por los propios dictados de la tradición más la Escritura”.

Sorprendente, ¿verdad? No solo que Rosica no haya sido desautorizado o, al menos, contradicho, sino que siga gozando del favor de las comunicaciones vaticanas.

Pero a Rosica tal vez solo debamos achacarle una valentía que falta en voces más prudentes y que, sin embargo, apuntan en esa misma dirección. La idea de que la doctrina católica no solo puede, sino que debe cambiarla el presente Papa es el subtexto permanente en cientos de comentarios de los teólogos de la renovación eclesial.

En una de las insulsas ruedas de prensa del presente sínodo, por ejemplo, ni más ni menos que el superior de los dominicos dijo que “el cambio es la marca de la Iglesia”. Ni siquiera una de las marcas de la Iglesia, sino ‘la’ marca, lo que le caracteriza. Olvídense de aquello de “cielo y tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.

Eso, naturalmente, no podría hacerlo un mero ‘sucesor de Pedro’, sino solo un ‘sucesor de Cristo’, como aparece nombrado en la propia publicación de la Santa Sede. Pero si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe y somos los más desgraciados de los hombres y, para completar, el Papa no nos haría ninguna falta, ni la Iglesia tampoco.

Pero Cristo ha resucitado, está vivo, es la cabeza de la Iglesia, es a quien seguimos, no a ningún Papa, que es solo su vicario, un mortal libre capaz, como todos nosotros, de lo mejor y lo peor, y la asistencia del Espíritu Santo no anula su libertad de elección.