“Empecé hace poco más de cuatro años con la idea de ofrecer 12 estatuas hechas a mano de la Virgen de Fátima –uno por cada apóstol– a parroquias en Sudáfrica, donde viví durante muchos años”, dijo José Cámara a la agencia portuguesa Lusa.
El empresario de 77 años publicó su primer ofrecimiento en el semanario católico sudafricano The Southern Cross y, una semana después, recibió 63 peticiones de imágenes, por lo que comprendió que había una necesidad grande entre los fieles.
Desde entonces, José Cámara ha fabricado y obsequiado, incluyendo el coste de envío, un total de 1055 imágenes de la Virgen de Fátima que miden entre 55 centímetros y 1,15 metros.
Las estatuas han llegado a lugares como India, Filipinas, Australia, Japón, Brasil, Gran Bretaña, Estados Unidos, Guatemala y otros 25 países.
“El precio no es importante. Conforme voy teniendo pedidos, envío las imágenes. Es un placer porque me da una cierta alegría saber que están rezando a la Virgen de Fátima”, destacó Cámara, que viaja con frecuencia al Santuario en Portugal, donde estará el Papa Francisco el próximo 12 y 13 de mayo.
Luego de vivir 45 años en Sudáfrica para trabajar en el sector inmobiliario, reveló que su devoción a la Virgen de Fátima nació cuando a la edad de siete se “cruzó” por primera vez con la imagen peregrina de la Madre de Dios en su tierra natal.
Hago esto “con amor por Nuestra Madre. Nuestra Señora ha estado dejando caer bendiciones desde lo alto”, concluyó.
