Como recoge el Bollettino de la Sala Stampa de la Santa Sede, el Papa Francisco ha enviado un telegrama, firmado por el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, en el que dirigiéndose al obispo de Petrópolis, Mons. Gregorio Paixão Neto, le encomienda “que transmita a las familias de las víctimas su pésame y su participación en el dolor de todos aquellos que han quedado desconsolados o que han perdido sus bienes”.
El texto comienza mostrando el profundo dolor del Santo Padre ante las trágicas consecuencias del deslizamiento de tierra en esta ciudad, producido en la tarde de este último martes, 15 de febrero, y que ya ha causado 120 muertos y más de un centenar de desaparecidos, a lo que se unen cuantiosas pérdidas materiales, que han dejado a un buen número de familias sin nada.
Petrópolis es una ciudad de unos 400 mil habitantes, situada en la región de la Sierra del Estado de Río de Janeiro. Como sucede en muchas ciudades de Brasil, los más pobres se ven obligados a construir sus casas en lugares de alto riesgo, como son las laderas de las montañas o próximas a los cauces de los ríos, lo que les convierte en fáciles víctimas ante cualquier desastre natural.
En el telegrama, el Papa Francisco pide a “Dios, Padre de la Misericordia, el descanso eterno para los fallecidos, el consuelo para los afectados, a los que desea una pronta recuperación, y la serenidad y el consuelo de la esperanza cristiana para todos los afectados por esta dolorosa prueba”.
Finalmente, el Santo Padre, “envía una bendición apostólica a todos los que sufren y a todos los que tratan de aliviarlo”.
El mensaje pontificio se une a muchos otros comunicados de solidaridad enviados en los últimos días. La Iglesia brasileña ha organizado campañas de ayuda urgente para tratar de paliar las consecuencias y ayudar a quienes están abrigados en escuelas, parroquias y otros lugares, donde su único recurso está siendo la caridad del prójimo.
