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Más de 1.000 niños sin hogar en España

Más de 1.000 niños sin hogar en España

Cáritas Española ha presentado este jueves el informe Las personas en situación de sin hogar acompañadas por Cáritas. Contexto en 2019 y durante el estado de alarma y la COVID-19, en el que advierte de que su red de acogida para personas sin hogar está «al borde de la saturación», por lo que reclama «políticas públicas ágiles» para afrontar las nuevas necesidades planteadas por la Covid-19 que garanticen los derechos «de estas personas invisibles».

El informe –resultado de una consulta a las cáritas diocesanas de toda España– identifica actualmente unas 40.000 personas viviendo en la calle en nuestro país, un dato muy superior a las 33.000 personas que calculó la Estrategia Nacional Integral para las Personas Sin Hogar en el año 2015.

Esto supone para la red de acogida de Cáritas un «impacto» que ha incrementado la necesidad de plazas en un 25 %. Concretamente, la entidad dispone actualmente de 6.855 plazas, 1.407 de ellas habilitadas desde el comienzo de la pandemia, por lo que harían falta más de 1.300 nuevas plazas.

El perfil general de las personas acogidas es similar al habitual (varón entre 45 y 64 años y de nacionalidad española), pero ya están llegando a los centros de Cáritas personas con otras situaciones «de gran vulnerabilidad»: jóvenes ex tutelados que salen de los centros de menores sin alojamiento alternativo, mujeres víctimas de una agresión o violencia, personas que encadenan estancias temporales en casas de conocidos donde ya no pueden quedarse, y otros que sufren trastornos de salud mental o adicciones.

Para Cáritas, es «preocupante» que dos de cada diez personas sean jóvenes entre 18 y 29 años, un 18,6 % del total, y que un 2,6 % sean menores de edad, procedentes de familias en situación de sin hogar –en total, más de 1.000 niños, niñas y adolescentes–.

Para Thomas Ubrich, coordinador del informe presentado este jueves, el coronavirus «ha puesto en primera línea la dificultad para el acceso a una vivienda digna y ha revelado la especial fragilidad de las personas sin hogar».

Ante la segunda ola de la pandemia, Ubrich ha anunciado que «nuestros recursos están al borde de la saturación, a punto de desbordar nuestra capacidad para responder a las necesidades de estas personas». Por ello, se necesitan «urgentemente» nuevas medidas que miren «a largo plazo», de modo que se puedan consolidar las plazas existentes «y avancemos hacia soluciones permanentes. No podemos olvidar que la vivienda es la primera barrera de protección para preservar la salud, la vida y la dignidad».

El informe señala también la responsabilidad de las administraciones públicas al precisar que «se necesitan alojamientos de continuidad para todas esas personas que llegaron a los dispositivos provisionales durante la pandemia y que, a fecha de hoy, han desaparecido en su mayoría».