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El poder del Rosario en el mes de María

El poder del Rosario en el mes de María

El origen del Rosario es muy antiguo, data del año 800 más o menos, pero la primera vez que se propagó entre los fieles fue con Santo Domingo de Guzmán, que en el año 1214 se le apareció la Virgen y le dio un Rosario como arma contra la herejía y el pecado y le encomendó la misión de dar a conocer la devoción hacia esta oración sacramental. También se le apareció al Beato Alan de la Roche en 1349 para que reviviese la costumbre de rezar el Rosario y difundiese las 15 promesas que la Virgen concedía a aquellos que le fuesen devotos y que mencionaremos más adelante.

También queremos destacar la Batalla naval de Lepanto como parte de su historia. En 1571, el imperio otomano controlaba el Mar Mediterráneo y quería invadir Europa, y el Papa Pío V pidió a toda la cristiandad que rezara el Rosario, además de formar la Liga Santa con los Estados Pontificios, el Imperio Español, la República de Venecia, la República de Génova, el Ducado de Saboya y la Orden de Malta, comandados por Don Juan de Austria. La batalla tuvo lugar el 7 de Octubre de 1571 en el Golfo de Corinto cerca de la ciudad griega de Lepanto. Momentos antes de comenzar la batalla las tropas cristianas rezaron todos juntos el Santo Rosario pidiendo el auxilio de María ya que los turcos los superaban en número y navíos, además el Papa Pío V también lo rezó durante toda la contienda en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. Finalmente, la Liga Santa ganó milagrosamente la batalla y el Papa Pío V recibió en ese momento una revelación de la Virgen concediéndoles la victoria, hecho que anunció a todo el mundo, y que semanas después se vio confirmado al llegar el mensaje comunicando el triunfo. Después de este milagro, el Papa estableció en el 7 de Octubre, la fiesta de “Nuestra Señora de las Victorias” que posteriormente fue cambiado a “Nuestra Señora del Rosario”. Además, incluyó otra letanía llamada “Auxilio de los Cristianos”.

El Rosario es una oración que la Virgen en todas sus apariciones ha insistido en que recemos como medio para la conversión del mundo, sobre todo en las apariciones desde el siglo XX hasta ahora, como las de Lourdes y Fátima, además de otras. También los Papas han puesto especial interés en el Rosario, sobre todo el Papa San Juan Pablo II que introdujo en primer lugar los misterios luminosos para completar así la contemplación de la vida de Jesús desde el comienzo de su vida pública hasta la pasión, y en segundo lugar la letanía “Reina de la Familia”, ya que siempre estuvo muy preocupado por el futuro de la familia.

Además, y esto es muy muy importante, el Santo Rosario es la principal arma contra el mal y el demonio. El demonio aborrece que recemos en general. Por eso siempre intenta que nos apartemos de la oración. Pero, en concreto, lo que más aborrece es el Rosario, que es la oración sacramental predilecta de la Virgen. ¿Por qué?, porque satanás odia más a la Virgen que a Cristo, ¿cómo es posible?, porque el demonio puede aceptar que Cristo sea superior a él porque es Dios, su creador, pero no puede soportar que la Virgen, siendo también una criatura de Dios, la haya puesto por encima. No puede soportar que una criatura humana, más imperfecta que él mismo a sus ojos, haya sido elevada por Dios, siendo superior al propio satanás. Por eso el rezo del Santo Rosario es algo que le hace muchísimo daño al demonio y por eso también es muy necesario rezarlo.

Las 15 promesas del Santo Rosario

La Virgen nos asegura que si somos devotos del Rosario se nos conceden todas estas promesas:

  1. Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
  2. Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
  3. El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
  4. Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
  5. El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
  6. Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una muerte violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
  7. Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
  8. Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su muerte encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la muerte participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
  9. Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
  10. Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
  11. Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
  12. Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
  13. Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la muerte.
  14. Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
  15. La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.

Estas son las promesas y gracias que Cristo por intercesión de su Madre, la Virgen María, nos concede tanto en vida como en la hora de la muerte.

El Rosario es el principal medio de conversión y salvación de las almas, y nosotros como cristianos católicos, tenemos una gran responsabilidad con la humanidad.

¡Hagamos caso al Papa Francisco y recemos el Rosario diariamente especialmente en estos tiempos difíciles por la pandemia por coronavirus!