Usted está aquí

El dolor abre a una “relación nueva” con Dios y el prójimo

La Iglesia no se cansa de acoger a todos “con corazón de madre”

En la catequesis de hoy, miércoles 12 de febrero, el Papa Francisco se detuvo en la segunda bienaventuranza: «Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados». 

Para el Papa Francisco el dolor interior es “una actitud fundamental en la espiritualidad cristiana” que “nos abre a una relación nueva con el Señor y con el prójimo”.

Sobre la misma, el Papa Francisco ha indicado que en las Sagradas Escrituras el llanto tiene dos sentidos: el de “la aflicción causada por la muerte o por el sufrimiento de alguien que amamos” y aquel “por el dolor de nuestros pecados, provocado por haber ofendido a Dios y al prójimo”.

El primer significado, describió Francisco,  alude al luto “siempre amargo y doloroso” que, “paradójicamente puede ayudarnos a tomar conciencia de la vida, del valor sagrado e insustituible de toda persona y de la brevedad del tiempo”. El dolor por haber ofendido y herido a quien amamos, por su parte, “es lo que llamamos el sentido del pecado, que es don Dios y obra del Espíritu Santo”, concluyó.