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El Cristo en la Cruz que habló a la Patrona de Europa

El Cristo en la cruz que habló a Santa Brígida de Suecia, la Santa Patrona de Europa

En la majestuosa y silenciosa Basílica de San Pablo Extramuros, donde se encuentra la tumba del Santo de los gentiles, una de sus maravillosas capillas atesora un Crucifijo de madera que es muy milagroso y tiene una increíble historia.


La historia de esta Cruz tiene que ver con una de las Santas místicas más veneradas en Europa, hasta el punto de ser considerada una de los patronos del continente. Estamos hablando de la mística, escritora y teóloga Santa Brígida de Suecia.

Brígida nació noble, con la sangre real de los Folkungar, casa real de Suecia durante más de un siglo. Su padre, Birger Persson, la concedió en 1316 como esposa (Brígida tenía entonces 13 años) a Ulf Gudmarsson, hijo del Gobernador de Ostrogotia, al que ella amó, como se dice en su proceso de beatificación, sicut cor meum, como a su propio corazón.

De este matrimonio nacieron ocho hijos, de los cuales la segunda hija, Catalina, también es venerada como Santa. Fueron una familia como la de Nazaret, una verdadera “iglesia doméstica”. Junto con su esposo, adoptaron la regla terciaria franciscana.

Cuando Brígida enviudó, comenzó el segundo período de su vida. Se dedicó a profundizar la unión con el Señor a través de la Oración, la penitencia y las obras de caridad. Se instaló en el Monasterio Cisterciense de Alvastra. Allí comenzaron las revelaciones divinas, que la acompañaron por el resto de su vida. A veces estas revelaciones se presentaron en forma de diálogos entre las personas divinas, la Virgen, los santos, e incluso con los demonios.

En 1349 Brígida dejó Suecia para siempre y se fue de peregrinación a Roma. No solo tenía la intención de participar en el Jubileo de 1350, sino también deseaba obtener del Papa la aprobación de la Regla de una Orden religiosa que pretendía fundar, nombrada en honor al Santo Salvador y compuesta por monjes y monjas bajo la autoridad de la abadesa.

Durante el peregrinaje tuvo la necesidad de ir a rezar pidiendo justamente por la aprobación de esta nueva regla delante la cruz, y lo hizo acompañada por su hija Catalina.

Rezando a la pies de la Cruz, Brígida en un momento entró en éxtasis. Recibió en ese momento revelaciones, que incluirían las “Quince Oraciones de la Pasión”, cuya devoción se extendería ampliamente. Y milagrosamente, el Cristo de la cruz giró su rostro para donde estaba ella, animándola en su proyecto de la fundación.

Hoy este hermoso crucifijo de madera creado por Pietro Cavallini, se encuentra en la Capilla del Santísimo Sacramento de la Basílica de San Pablo Extramuros. A un lado se encuentra la estatua de Santa Brígida en recuerdo del milagroso evento y del otro lado se conserva lo que quedó de una estatua antigua de San Pablo después que la Basílica fue destruida casi por completo por un terrible incendio.

Publicado originalmente en Aleteia