Durante la ceremonia de lanzamiento, Rosa Julia Ibarra, provincial de las Franciscanas de María Inmaculada, congregación a la que pertenece Narváez, expresó que para la comunidad “ha sido un tiempo muy difícil pensar que tenemos a una de nuestras hermanas secuestradas”.
La religiosa ha mencionado que, tras las últimas liberaciones realizadas en el mes de octubre, “sabemos que las condiciones de nuestra hermana no son las mejores, estos casi cuatro años los ha pasado en el desierto viviendo en campamentos”, por lo cual “no se encuentra en las mejores condiciones de salud”.
Compromiso con mujeres y niños
La provincial de las franciscanas en Colombia ha pedido a la comunidad internacional su mediación en la pronta liberación de Gloria Cecilia como en la de todos aquellos cautivos por su fe, porque “necesitamos levantar esa voz de libertad”.
Además ha destacado que la monja secuestrada en Malí venía desarrollando un trabajo misionero con niños en un orfanato y mujeres en la promoción de sus derechos. “Tuve oportunidad de conocerla en el 2015, de conocer la obra que animaba en una comunidad rural, donde la pobreza, marginación y machismo imperaban”, ha explicado Ibarra.
“Impulsó allí un proyecto de alfabetización, donde participaban unas 500 personas, entre cristianas y musulmanas”, incluso “había una muy buena relación entre nuestra comunidad y los musulmanes”, acotó.
Foto: Franciscanas de María Inmaculada
Fuente: Vida Nueva
