
“Los terroristas islámicos están masacrando a miles de cristianos, matando a embarazadas y violando a mujeres y niñas en Nigeria para conseguir la imposición de la sharia en el país”, ha afirmado un sacerdote nigeriano que vive en Canadá.
“Están armados con fusiles AK 47, armas peligrosas y espadas y van a los pueblos cristianos y a las comunidades. Hace unos días fueron a un iglesia y mataron a dos sacerdotes y a 15 miembros cristianos”, ha continuado.
Estos testimonios son los que han empujado a una mayor presión internacional ante una situación que va empeorando paulatinamente y que ha provocado ya la muerte a más de 6.000 personas y que para varios obispos nigerianos es una muestra de lo que puede ser el inicio de una limpieza, en este caso religiosa, además de étnica, semejante a la acontecida en Ruanda.
En abril Donald Trump se manifestó públicamente dando así notoriedad a la persecución que viven los cristianos, no solo a manos de Boko Haram, sino también de los pastores islamistas fulani que atacan los poblados cristianos.
“Estamos muy preocupados por la violencia religiosa en Nigeria, incluyendo el incendio de iglesias, y la muerte y la persecución de cristianos. Es una historia terrible”, dijo Trump.
“Animamos a Nigeria y a los líderes federales, del estado y locales a hacer todo lo que esté en sus manos para ayudar a las comunidades afectadas y a proteger a los civiles inocentes de cualquier creencia, incluidos los musulmanes y los cristianos”, aseguró.
También el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha condenado las matanzas de civiles, y pese a que el presidente nigeriano ha afirmado que el Gobierno hará todo lo posible para detener estas masacres, lo cierto es que la pertenencia del propio Muhammadu Buhari a la tribu de los fulani, genera muchas dudas entre los cristianos.