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Las familias que escapan de la calle gracias a Cáritas

Venezuela es el país con mayor inflación del mundo. Los precios están disparados y, en estas circunstancias, Lismardy Villalobos no podía hacer frente al coste de las continuas visitas al hospital que debía hacer con su hija. «Tiene mielomeningocele, la tuvieron que poner una válvula en la columna y se la revisan cada seis meses», asegura. No alcanzaba a cubrir el gasto ni aunque hubiera empleado íntegro el sueldo que percibía en sus dos trabajos. «Ejercía de docente y por las tardes era la encargada de una tienda de zapatos». Pero de sus emolumentos debía también sostener a su madre, «que vivía con nosotros» y «atender los gastos del día a día». Inasumible. Tanto que «decidí venir a España para trabajar y poder así tener atendidas a mi madre y a mi hija». Aquí se topó, sin embargo, con el precio de la vivienda por las nubes y con una situación administrativa que no le permitía trabajar legalmente hasta que no llevara en España tres años. Entonces apareció Cáritas, cuya delegación de La Rioja le ofreció participar en el proyecto Alojamientos Temporales. «De lo contrario, hubiéramos acabado en la calle», concluye Villalobos, que en dos meses cumplirá el plazo para solicitar el permiso de trabajo.

El proyecto nació en 2011, cuando la entidad caritativa de la Iglesia se percató de ese mismo fenómeno que impedía a Lismardy –y a tantos otros– acceder a una vivienda. «A raíz del boom inmobiliario entre 2008 y 2010, en una de nuestras asambleas se ahondó en el gran problema de acceso a la vivienda en La Rioja y decidimos ponernos en marcha para paliar sus consecuencias entre los más vulnerables», explica Elo Galarreta, técnico de Cáritas La Rioja. Reunieron entonces un pequeño parque de viviendas. «Alguna parroquia nos cedió su vivienda, también el Gobierno de La Rioja a través de un convenio, y añadimos las que tenía Cáritas en propiedad». Al final, Alojamientos Temporales reunió ocho casas en Calahorra, cinco en Logroño y una en Igea. «La idea era ofrecer un hogar provisional a todas aquellas personas a las que atendíamos y que no tenían posibilidad de acceder a un piso», subraya Galarreta. El tiempo de estancia va desde los tres meses hasta los 24 y, mientras tanto, desde la entidad se trabaja con los usuarios según sus necesidades. «Algunas personas están allí simplemente porque han perdido el trabajo y no podían pagar una casa. Lo que se hace es ayudarles a encontrar otro trabajo, para que puedan volver a una vivienda normalizada». Otras requieren «una intervención más integral y les ayudamos a través de una educadora».

Dos nuevas viviendas

Desde que se inició el proyecto hace una década, Alojamientos Temporales ha trabajado con más de 200 familias. Sin embargo, en la actualidad es necesario crecer en la misma medida que lo ha hecho la crisis en nuestro país. «Con la pandemia ha aumentado el número de familias que lo están pasando mal», asegura la técnico. Por eso, Cáritas La Rioja ha añadido otras dos viviendas más en la capital de la comunidad autónoma. El siguiente paso es rehabilitarlas y acondicionarlas para que cumplan con las características necesarias para el proyecto. Se necesitan 20.000 euros, que la entidad caritativa de la Iglesia espera conseguir a través de una campaña de micromecenazgo antes del 30 de junio. Objetivo más que asequible después de que CaixaBank y su Fundación “laCaixa” hayan aportado los primeros 10.000 euros.