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La India, arrasada por la covid-19: «La situación es desesperada. Hay personas muriendo en las calles»

Imagen del pasado 23 de abril en Mumbai. Operarios municipales preparan piras funerarias para cremar los cadáveres que se agolpan por las calles de la India como consecuencia de la covid-19. ,EFE/EPA/DIVYAKANT SOLANKI

India es en estos momentos el país del mundo más afectado por la pandemia. Las informaciones que está recibiendo la organización católica Manos Unidas, que está en contacto permanente con sus socios locales en el país asiático, son abrumadoras. Cientos de miles de personas se suman a las listas diarias de afectados y el número de muertos no cesa de aumentar, hasta el punto de que en algunas ciudades las calles se han convertido en crematorios al aire libre en los que cada día se queman miles de cuerpos.

«El país está ahora mismo en una situación desesperada. Nuestros socios locales, que también están sufriendo en primera persona los trágicos efectos de esta nueva variante del virus, nos informan de hospitales totalmente desbordados y de enfermos que se acumulan a la entrada de los centros hospitalarios a la espera de que se ‘libere’ una cama», relata Ramón Álvarez, coordinador de proyectos de Manos Unidas en Asia.

Desde Bombay, en el estado de Maharashtra, el padre Rolvin de Mello, sacerdote salesiano y socio local de Manos Unidas, lamenta una situación que, de seguir esta tendencia, podría ser infinitamente peor en los próximos quince días. «Estoy seguro de que los datos que se están dando a conocer en los medios de comunicación no responden a la realidad. Yo salgo cada día a la calle y, por lo que me encuentro a cada paso, estoy convencido de que la cifra de positivos de Covid es infinitamente más elevada, al igual que el número de muertos», declara el salesiano.

Desde Misiones Salesianas informan que hay ya 17,3 millones de contagios, 195.000 fallecidos y centros médicos colapsados. «Además de la falta de ventiladores –dice George Menamparampil, misionero salesiano en la India–, necesitamos mascarillas, jabón y material sanitario».

Tal y como cuentan desde Manos Unidas, el padre De Mello, que, a pesar de que en los últimos días ha perdido a varios de sus familiares y tiene que hacerse cargo de sus hermanos de congregación enfermos, no deja de salir a la calle para socorrer a los más necesitados. Allí asiste impotente a escenas que le parten el corazón. «Hay personas muriendo en los pasillos de los hospitales y, literalmente, en las calles. Hay una gran escasez de medicamentos y de camas hospitalarias y una gran falta de oxígeno. Veo gente corriendo en todas direcciones. Gente que, desesperadamente, intenta salvar a sus seres queridos», relata desolado.

El religioso indio, que dirige el Centro don Bosco de la ciudad de Bombay, lleva desde el inicio de la pandemia trabajando para paliar las consecuencias de la emergencia entre los sectores de población más vulnerables y asegura que no puede describir con palabras lo que ha estado presenciando durante esta ola de la covid-19. Es «una situación que supera a cualquier película de terror que se pueda imaginar».

El trabajo de Manos Unidas

Manos Unidas está trabajando de manera directa con sus socios sobre el terreno. «La situación es tan alarmante y desesperada que, como sucedió al inicio de la pandemia el año pasado, estamos adaptando nuestros proyectos para hacer frente a las necesidades más inmediatas», explica Ramón Álvarez. «Para ello – expone el coordinador de proyectos de Manos Unidas en Asia–, estamos autorizando que parte de los fondos de proyectos que tenemos en marcha se utilicen para la compra de medicamentos que ayuden a paliar las necesidades más inmediatas de las comunidades más vulnerables». «Nuestros socios están redoblando sus esfuerzos enfatizando en las comunidades más afectadas la importancia del distanciamiento social y la higiene, ya que en los últimos meses se habían relajado por una falsa sensación de seguridad», explica Álvarez.

Desde que comenzó la pandemia, Manos Unidas ha aprobado 36 proyectos de emergencia por importe de 378 mil euros, destinados a paliar las consecuencias del coronavirus entre los sectores de población más vulnerables de India. Además, se ha autorizado el cambio de actividades en 105 proyectos para cubrir las necesidades sobrevenidas con la pandemia.