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Finalizó la 47° Peregrinación juvenil al Santuario de Luján

En una nueva manifestación popular, los devotos de la Virgen de Luján partieron hacia esa ciudad para pedirle por la salud y el trabajo del pueblo de Dios.

A pesar de mantenerse varias restricciones sanitarias por la pandemia, se volvió a peregrinar hacia la casa de la Madre con los cuidados y recomendaciones pertinentes. Durante todo el trayecto, los fieles recibieron los cuidados y servicios ofrecidos por la organización.

La imagen cabecera salió a las 8 desde el santuario de San Cayetano, del barrio de Liniers. Luego, llegó a la localidad de Morón, y a las 10 arribó al partido de Moreno. Antes de las 7 de la mañana de este domingo llegó al Santuario de Luján.

Durante la jornada, los peregrinos que se encontraban en preparación pudieron recibir el sacramento del Bautismo, en la carpa del Seminario de Buenos Aires, en el cruce de la Ruta N˚7 y N˚6. También les ofrecieron una serie de encuentros catequísticos para continuar su camino de iniciación cristiana.

Quienes no pudieron participar de la caminata, se sumaron al rezo del Santo Rosario que se transmitió por las redes sociales, y a la medianoche rezar por las intenciones del pueblo argentino, encendiendo una vela.

Un día de fiesta

“Es un día de fiesta para nosotros”, así se expresó el cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, quien presidió la celebración central de la peregrinación. Concelebraron el arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Scheinig y el obispo auxiliar de Buenos Aires, Enrique Eguía Seguí, junto a varios sacerdotes del santuario.

Centró su homilía en tres ideas centrales para compartir con los peregrinos.

  • Recordó, tal como expresa el papa Francisco en cada encuentro con la multitud, que Dios y la Virgen nos aman profunda e intensamente. “Para mí, la renovación de la peregrinación este año es una muestra de cuánto nos ama Dios“, dijo Poli. Desde su opinión, la juventud y todos los que han servido a la peregrinación son una muestra más de la delicadeza de nuestro Padre Dios y de la ternura de nuestra Madre.
  • Expresó que cuando todo se mueve lo más firme que tenemos es la familia. “Apuesten a la familia. Dedíquenle tiempo”. Sabe que la gente viene a pedir por sus familias, por la salud, por la unidad, por el amor, por el trabajo. “Ahí están nuestros principales valores, es lo mejor que tiene la Patria… todo lo que se mama en la familia, nos dura la vida entera”. Ahí se cultiva el amor, ahí está la fuerza de nuestra Nación.
  • Pidió unirse en oración para pedirle a la Virgen, que salió a recibir a sus hijos, las gracias de todos los peregrinos y de quienes se pusieron al servicio de la peregrinación. Agradecerle por la fuerza que puso en cada uno para cumplir con la peregrinación espiritual, “esta reserva religiosa que tiene nuestra Patria, estos valores tan lindos de nuestra fe”, sostuvo el arzobispo.

Finalmente, afirmó que a partir de ahora comienza la peregrinación de la vida, que tienen más espinas que rosas, en la que se necesitan gracias espirituales y materiales. Pidió a quienes participaban de la misa, a mirar a la Madre y solicitarle que conceda lo que necesitan para seguir caminando en la vida. ¡Y que viva la Virgen! ¡Viva la Iglesia!, expresó. Los peregrinos respondieron estas aclamaciones y aplaudieron a la Virgen.

Fuente: Comisión de Piedad Popular del Arzobispado de Buenos Aires