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Cuaresma: un tiempo para la fe, la esperanza y la caridad

Pues bien, en su mensaje para esta cuaresma, el Papa Francisco vincula esas tres prácticas tan cuaresmales con el ejercicio de las tres virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad.

  • La fe es lo primero. En la cuaresma se nos revela la íntima relación que existe entre el ayuno y la fe. «La fe nos llama a acoger la Verdad y a ser testigos, ante Dios y ante nuestros hermanos y hermanas». Ahora bien, para creer necesitamos ejercer una austeridad integral.

Según el Papa, «ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que estorba, incluso de la saturación de informaciones, verdaderas o falsas, y de productos de consumo, para abrir las puertas de nuestro corazón a Aquel que viene a nosotros pobre de todo, pero lleno de gracia y de verdad: el Hijo de Dios Salvador».

  • «La esperanza es como el agua viva que nos permite continuar nuestro camino». En este tiempo, en el que todo es tan frágil e incierto, parece una provocación hablar de esperanza. Pero justamente ahora volvemos nuestros ojos a Dios, esperando su perdón.

Y volvemos la mirada a nuestros hermanos para dirigirles una sonrisa y una palabra de estímulo y para escucharles en medio de tanta indiferencia.

Para eso necesitamos orar. «En la oración, se nos da la esperanza como inspiración y luz interior, que ilumina los desafíos y las decisiones de nuestra misión: por esto es fundamental recogerse en oración y encontrar, en la intimidad, al Padre de la ternura».

  • La caridad se alegra de ver que el otro crece. En este tiempo nos ha tocado sufrir al ver al otro angustiado, solo, enfermo, sin hogar, despreciado, en situación de necesidad.

«La caridad es el impulso del corazón que nos hace salir de nosotros mismos y que suscita el vínculo de la cooperación y de la comunión». Compartir lo que tenemos no nos hace más pobres. «Lo poco que tenemos, si lo compartimos con amor, no se acaba nunca, sino que se transforma en una reserva de vida y de felicidad».

Así pues, en este año concreto, «vivir una Cuaresma de caridad quiere decir cuidar a quienes se encuentran en condiciones de sufrimiento, abandono o angustia a causa de la pandemia de COVID-19».

Resumiendo, en su mensaje el papa Francisco nos dice que «este llamado a vivir la Cuaresma como camino de conversión y oración, y para compartir nuestros bienes, nos ayuda a reconsiderar, en nuestra memoria comunitaria y personal, la fe que viene de Cristo vivo, la esperanza animada por el soplo del Espíritu y el amor, cuya fuente inagotable es el corazón misericordioso del Padre».

José Román Flecha Andrés