
Padova, así es su nombre en italiano.
La ciudad tiene un grandísimo atractivo. Es posible que el ambiente universitario le ayude a tener este aire jovial, activo y con luz, pero no solo son los estudiantes que suben y bajan por las calles principales de Padua lo que le da esta alegría a la ciudad, es también porque sus habitantes son muy acogedores con los extranjeros, están acostumbrados al jaleo que ocasiona ser una ciudad turística y les gusta que la visiten.
El corazón de la ciudad está en la zona del Palazzo della Ragione que se localiza entre las plazas delle erbe y la dei frutti. Llama la atención este palazzo mirándolo desde fuera, pero lo mejor de todo, es subir las escaleras que están en una lateral y toparse con el inmenso e imponente salón.
Le llaman el Salone. Es la sala en suspensión más grande del mundo, mide 81 metros de largo y 27 de alto y de ancho. Giovanni degli Eremitani la sobreelevó en 1306, siendo su construcción fue en 1218. Al gran Giotto es a quien se le atribuyeron los frescos originales que fueron destruidos en el incendio de 1420. La pieza estrella del Salone es el caballo gigante, obra de Donatello. Este caballo lo creó para unas festividades locales.
Pero este es sólo el arranque de esta preciosa ciudad del norte de Italia. Tiene además la maravillosa Capella degli Scrovegni, y muy cerca de allí, se encuentra el Palazzo Zuckermann en donde encuentras pinturas de Maximiliano y Carlota de Austria y el sombrero con el que fue fusilado en el Cerro de las Campanas.
Por las calles centrales de Padova hay diferentes cafés, pero el que llama más la atención es el Café Pedrocchi, además de ser el mas antiguo, es divertido conocer algo que sucede dentro. El establecimiento está dividido en tres salones, uno Blanco, uno Verde y uno Rojo, sus “funciones sociales” son diferentes en cada uno. En el salón verde se sentaban históricamente las personas con menos posibilidades o los estudiantes de la universidad que sabían que podían estar en esta sala sin ser molestados por los camareros y calentarse en el invierno sin tener que consumir.
De la sala verde es conocida una frase: “essere al verde” Estar al verde significa “estar sin un duro”. Hasta la fecha, el salón Verde es el sitio en donde las personas se sientan cuando quieren difrutar de la sala sin que el camarero se acerque a pedir la orden.
Pasear por el Prato della Valle es una delicia, es un espacio abierto muy agradable, es una de las plazas mas grandes de Europa. El Duomo de Padua es una visita obligada al ser la catedral de la ciudad pero de quedarse maravillado realmente es el Battistero, está dedicado a San Juan Bautista, conserva en su interior uno de los ciclos de frescos más importantes del siglo XIV, la obra fue realizada por Giusto de Menabuoi.
Lo dicho, ir a Padua es emocionarse, sorprenderse, disfrutar muchísimo de la ciudad y de sus gentes y, sobre todo, visitar la impresionante Basilica de San Antonio y rezar ante su tumba.
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