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“Dar de comer al hambriento” –en el siglo XXI, a ejemplo de san Antonio de Padua–

El mismo nombre de nuestra revista, “EL PAN DE LOS POBRES”, nos recuerda la gran obra de caridad que él realizó en el siglo XIII y que sigue realizándose en pleno siglo XXI, donde las necesidades de millones de personas son apremiantes. Cuenta la historia que san Antonio entregó a unos pobres que llamaron a la puerta del convento, el pan que tenía para comer su comunidad de frailes. Dio de lo necesario para atender a los que aún más necesitaban, y Dios recompensó su buena acción restaurando milagrosamente el pan a la comunidad franciscana.
A ejemplo de san Antonio, los católicos seguimos a Jesús haciendo lo que Él hizo: anunciar la Buena Noticia de Dios y poniendo la caridad –el amor a Dios y al prójimo– en el centro de nuestra vida.
La pandemia que actualmente sufrimos ha empeorado la situación de muchas personas,
muchas de ellas con dificultades incluso para poder llevar un plato a la mesa familiar. En nuestro país, cientos de miles de personas confían en el auxilio de instituciones como Cáritas o la Sociedad de San Vicente de Paúl, que se dedican a combatir las pobrezas y ayudar a las personas a tener una vida digna.
En particular, la Sociedad de San Vicente de Paúl (cuyo principal fundador fue el beato Antonio Federico Ozanam, seguidor también de san Francisco de Asís, como san Antonio de Padua) ha hecho un gran esfuerzo durante el 2020 en paliar los efectos negativos de la pandemia entre las personas más desfavorecidas. Se han reforzado los servicios de atención en toda España, tanto en centros de acogida, residencias, atención a personas que viven en la calle, como en centros de reparto de alimentos.
Nuevo centro de acogida y reparto de alimentos
En particular, la Sociedad de San Vicente de Paúl en Bilbao abrió un nuevo centro de acogida y reparto de alimentos en la segunda mitad del año 2020, a apenas unos cientos de metros de nuestra redacción, que se suma a los otros 3 centros de reparto que ya tiene en otras localidades de Vizcaya. Gracias a la colaboración con el Banco de Alimentos y al apoyo institucional del ayuntamiento de Bilbao, se pudo adecuar las instalaciones para poder ofrecer un servicio digno, con las mayores garantías de seguridad e higiene. El número de personas que son atendidas crece día a día, superando ya las 1.000. A ellas se les ofrece una bolsa de alimentos no perecederos, así como fruta, gracias a un entusiasta grupo de voluntarios que dedican su tiempo a realizar esta labor. También se está atendiendo a un grupo de madres con niños pequeños, en las necesidades especiales de sus bebés: ropa, cunas, carritos, alimentos adaptados, etc. En Navidades se pudo, también, repartir juguetes a los niños de muchas familias, para que no se quedasen sin un pequeño regalo celebrando el nacimiento del Salvador.
La obra que se realiza, en este centro de Bilbao como en tantos otros, es encomiable. Los recursos son limitados, pero confiando en la providencia divina, como hizo san Antonio, quieren seguir avanzando con el proyecto de tal manera que el servicio a nuestros hermanos necesitados sea lo más integral posible. Las instalaciones necesitan mejoras (por ejemplo, se necesita un amplio refrigerador para conservar alimentos perecederos y así mejorar la cantidad y variedad de alimentos repartidos). Pero sabemos
que ni Dios ni los cristianos se dejan ganar en generosidad cuando se trata de aliviar las necesidades de los que sufren.
Apoyamos esta labor
El equipo de “EL PAN DE LOS POBRES” apoyamos esta labor. Si puedes ayudar económicamente a esta obra, en la medida de tus posibilidades, los beneficiarios de la misma te lo agradecerán de corazón y Dios te lo premiará. Para hacerlo, basta que contactes con nosotros en el teléfono 94 415 69 20 o correo electrónico panpobres@ elpandelospobres.com. Por pequeña que sea la ayuda, será muy bienvenida. Nosotros entregaremos toda esta ayuda para mejorar el servicio de este centro de Bilbao.
 Y si no puedes ayudar económicamente, te pedimos que lo hagas con tu oración: pide a Dios por todas estas personas necesitadas para que, por intercesión de san Antonio, puedan superar su situación y alcanzar una vida digna.