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Real Monasterio de Santa María de Sijena

Real Monasterio de Santa María de Sijena

Acogió tras sus muros a un buen número de reinas y princesas, así como hijas de familias nobles del reino y la corona de Aragón. Sirvió de depósito de una parte del tesoro real y como archivo monástico entre los siglos XIII y XIV. Fue también panteón real sirviendo de lugar de enterramiento de reyes, reinas e infantas de Aragón, destacando la sepultura de la reina doña Sancha o la de Pedro II, único monarca de la Corona de Aragón enterrado en Aragón.

Siendo priora Doña Blanca de Aragón y Anjou, hija de Jaime II, se convirtió en uno de los más magnificentes cenobios de la Orden de San Juan de Jerusalén en Europa. Entre sus palaciegas estancias destacaba la Sala Capitular, decorada con ricos frescos medievales.

A petición del rey Felipe II, las monjas del Monasterio de Sijena cedieron la cabeza de san Hermenegildo, reliquia que custodiaban desde su fundación, al recién construido Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, donde todavía se conserva.

La desamortización de 1835 le privó de la mayor parte de sus bienes y la comunidad fue obligada a abandonarlo. Las monjas regresaron algunos años más tarde, momento en el que se ejecutaron algunas obras de reconstrucción. En 1923 fue declarado Monumento Nacional.

En agosto de 1936, en el ambiente anticlerical de la II República y a comienzos de la Guerra Civil Española, el monasterio fue incendiado y arrasado por milicianos anarquistas aragoneses y catalanes, salvándose solamente la iglesia románica y el Panteón Real. Muchas obras de arte fueron destruidas o saqueadas y las tumbas de los reyes de Aragón fueron profanadas.

Desde 1950 se han llevado a cabo obras de reconstrucción en la iglesia, el refectorio, la sala capitular y el claustro. Las monjas de San Juan de Jerusalén abandonaron el monasterio a principios de la década de 1980, pero en 1985 llegó a Sijena un grupo de religiosas de la Familia monástica de Belén, de la Asunción de la Virgen y de San Bruno, que habita el monasterio actual.

Hoy en día, del importante conjunto medieval solo quedan en pie el templo y algunas dependencias. En la plaza del monasterio se levantan la hospedería, las ruinas del palacio prioral y la iglesia. En el exterior de esta última destaca la portada, de estilo románico, con sus catorce arquivoltas de medio punto, símbolo del patrimonio cultural de los Monegros.

En el interior de la iglesia, quedan todavía algunos restos de las pinturas que decoraron sus muros. El panteón real se levanta en el lado izquierdo del crucero. De traza románica, acoge las tumbas de piedra arenisca. El Gobierno de Aragón viene trabajando con hincapié en la recuperación del monasterio, y en marzo del año pasado celebraron un Consejo de Gobierno bajo sus bóvedas para conmemorar los 100 años de su declaración como Monumento Nacional.

Datos de interés:

Visitas guiadas al monasterio

La Orden de Malta, administradora del enclave, organiza visitas al monasterio con guías voluntarios algunos fines de semana. La reserva puede hacerse online en https://sijena.com/reserva-entrada-monasterio-sijena/

Y en el teléfono 646 629 733.

Casa de Miguel Servet

En Sijena puede visitarse también la casa de Miguel Servet, en donde se da a conocer la vida de este indomable humanista, teólogo y científico, y descubridor de la circulación pulmonar de la sangre. Nació en ella 1509.

Apertura: todos los fines de semana y festivos nacionales.

Horario: sábados y domingos de 11:30h. a 14:30h. y sábados por la tarde de 17h. a 19h.

Email: reservasijena@gmail.com