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Tres ideas para transmitir los valores a los hijos

Tres ideas para transmitir los valores a los hijos

Comunicación positiva en primer lugar. Más que insistir en lo que no se debe hacer, interesa mostrar lo que se debe hacer con ejemplos concretos y de manera simpática, atractiva y retadora. Esto requiere dedicar tiempo a pensar en cómo exponer con gracia –mediante una muestra práctica, una propuesta sugerente, un video corto, una escenificación...– el por qué hacer las cosas para que, motivados, los hijos tomen la determinación de hacer aquello que se les propone y, poco a poco, adquieran una virtud determinada.

Ser creativos

Conviene no perder de vista que la argumentación y la forma de argumentar - de acuerdo con las edades de cada hija, cada hijo - es fundamental para evitar que estos adquieran la idea de “a mi padre, a mi madre, le gusta mandar”. Con este convencimiento difícilmente se transmiten las ganas de esforzarse para conseguir determinado valor, ya que la persona con valores atrae… pero adquirirlos, demanda un esfuerzo.

En las propuestas que se hacen es vital, también, la creatividad. La comunicación brillante siempre busca la originalidad y la sorpresa para cautivar a las audiencias. En cambio, lo típico y lo previsible, no transmite la ilusión por conseguir algo. Por lo tanto, es bueno entrenarse en ser creativos… aunque sea a través del humor.

Y en tercer lugar buscar puntos de acuerdo. En toda convivencia se dan situaciones en las que hay puntos de conflicto. Ante los conflictos es fundamental sentarse para atender y escuchar, con el fin de comprender a esta hija, este hijo, el marido, la mujer... Y sólo a través de la escucha y el diálogo se puede lograr abrirse a otras posturas y llegar a unos puntos de acuerdo asumibles por todos.

Son tres ideas conocidísimas pero que a menudo las perdemos de vista. Hoy las pongo en primer plano porque facilitan la convivencia y la transmisión de los valores.