El tiempo libre es un tiempo para la gratitud, la belleza, el diálogo; tiempo para todas esas cosas que no son “necesarias” pero sin las cuales, uno no se siente a gusto.

Toda adicción es una modalidad de dependencia. Aunque las motivaciones para caer en cualquier adicción son muchas, es la actitud de la persona la que la lleva a ser adicta. 

La persona desde que nace, comienza a ver todo a través del comportamiento de sus padres. Así, va asentando conclusiones sobre qué es y cómo funciona el mundo. 

El concepto que mucha gente tiene acerca del trabajo es negativo porque lo ve como una carga que hay que soportar hasta la jubilación. Y ese es un grave error que está en el ambiente y que deriva en un enfoque negativo hacia el trabajo. En el caso de los/las estudiantes, en tarea desagradable que si se puede evitar, se evita.

¿Es realista esperar que los hijos prefieran elegir el bien, la verdad, la belleza y las virtudes… teniendo presente el entorno cultural actual?  Sí… si los padres ahondan en la dinámica de lo que alienta el corazón de la persona.

¿Qué nos pasa cuando descubrimos un motivo por el que amar? Que se despierta en nuestro interior un entusiasmo tal que, de la noche a la mañana, sólo vivimos para alcanzarlo y poseerlo. Por eso, la clave está en lograr transmitir a las hijas y los hijos la riqueza que se esconde en la virtud. Y hay que mostrarles que esa riqueza se guarda en el mejor lugar posible: el corazón.

Pienso que la mayoría de padres y madres tienen el convencimiento de ayudar lo mejor que puedan y sepan a sus vástagos.

Siguiendo con el libro Educar hoy escrito por Fernando Corominas en ediciones Palabra y hablando de él en un programa de radio, me preguntaban cómo trata el libro las motivaciones.