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San Nicolás y la Navidad

Aunque el tiempo y las conveniencias comerciales le hayan modificado su aspecto y trasladado de la costa turca mediterránea al Polo Norte, su noble espíritu de generosidad y su amor hacia los niños perdura inalterable y se proyecta con ternura sobre la Navidad. En mi casa lo recibimos con gran emoción cada 25 de diciembre.

El contexto histórico de su tiempo fue de persecución, donde predicar el Evangelio suponía arriesgar la vida y ser acusado de ir contra del Imperio Romano.

Al morir sus padres atendiendo a los enfermos en una epidemia, heredó una inmensa fortuna que repartió entre los pobres. Y con solo 19 años se retiró a vivir en un monasterio.

Después de visitar Tierra Santa llegó a la ciudad de Mira (Turquía) donde fue elegido Obispo de manera sorprendente: estando reunidos los sacerdotes de aquella ciudad consideraron que sería obispo el primero que entrase en la sala y quien abrió la puerta del lugar sin saber nada fue Nicolás. Se le representa vestido de rojo por ser obispo.

A pesar de la feroz persecución desatada contra los cristianos por el emperador Diocleciano, Nicolás no perdía su sentido del humor y su alegría. Se cuenta que le gustaba conversar con los niños acerca del nacimiento de Jesús: al fin y al cabo era también niño, como ellos.

Todas las noches, siguiendo el ejemplo de San Nicolás, recito esta sencilla oración con mis niños, a lo mejor soy demasiado mayor para rezarla, pero no me importa: “Jesusito de mi vida yo soy niño como tú por  eso te quiero tanto y te doy mi corazón”.

En una de las persecuciones fue encarcelado durante casi 30 años, sufrió castigos y humillaciones, pero siguió hablando de Cristo a cuantos conocía. Luchó contra la idolatría y logró innumerables conversiones

Cuando Constantino, el nuevo emperador de Roma, dio libertad a la Iglesia, en el año 313, el obispo Nicolás fue liberado. Ya era un anciano con el pelo largo y la barba blanca. Convencido de que era el único cristiano que quedaba en la región, regresó a Mira dispuesto a empezar desde cero. Pero al llegar se sorprendió al ver que la catedral había sido reconstruida y estaba llena de fieles cantando. La ciudad se preparaba para La Navidad.

Luego de su muerte cuando los mahometanos invadieron Turquía, un grupo de cristianos se llevaron en secreto las reliquias del santo y las pusieron a salvo en la ciudad de Bari, en Italia. Por eso hoy es conocido como San Nicolás de Bari. Su culto llego a ser sumamente popular en Europa gracias a los admirables milagros obtenidos a través de su intercesión.

Sus milagros

Se le atribuye el rescate de tres jóvenes destinadas a una vida miserable, que terminarían siendo esclavizadas. Resulta que en su ciudad había un anciano con tres hijas a las que no lograba casar por su extrema pobreza. Durante tres noches seguidas, el Santo arrojaba por

la chimenea una bolsa con monedas de oro para cada una de ellas, financiando de esa forma la dote para casarlas. Cuenta la leyenda que algunas monedas cayeron dentro de unas medias de lana que estaban allí colgadas, secándose.

De ahí costumbre de los calcetines colgados como decoración en Navidad.

Otra historia cuenta cómo unos marineros estando en medio de una tempestad lo invocaron rogándole que los salvase. El santo apareció sobre el puente del navío y, bendiciendo el mar, lo calmó, desapareciendo enseguida. Por eso, junto con la Virgen del Carmen y San Telmo es patrono de los navegantes.

También es conocido como patrono de las parejas que desean tener un buen matrimonio, y como protector de las familias con problemas económicos.