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San Alberto Magno

En el colegio donde estudiaba, y bajando por unas escaleras, le pareció ver a Nuestra Señora, la Virgen María, que le dijo: “Alberto, ¿por qué en vez de huir del colegio, no me rezas a Mí, que soy Trono de la Sabiduría? Si me tienes fe y confianza, te daré una memoria prodigiosa. Para que sepas que sí fui yo quien te la concedí, cuando vayas a morir, olvidarás todo lo que sabías”. Y así sucedió.

Fue un profesor brillantísimo, tenía alumnos de muchos países del mundo. Consiguió el mérito de separar la teología de la filosofía y descubrir que las ideas del filósofo Aristóteles tenían un gran parecido con las

cristianas, que posteriormente perfeccionará su discípulo, Santo Tomás. Escribió 38 volúmenes sobre los más diversos temas: Teología, filosofía, geografía, química, astronomía, etc.

Era como una “enciclopedia viviente” y fue nombrado Superior provincial de Alemania y el Sumo Pontífice lo nombró Obispo de Ratisbona, pero a los dos años renunció a este cargo para dedicarse a dar clases y escribir. Falleció en Colonia el 15 de noviembre de 1280.