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Los Estados Pontificios y el Imperio occidental

El patrimonio de San Pedro

Ya desde antiguo poseían los Papas en los alrededores de Roma, en Sicilia, Cerdeña y en otros territorios de la Cristiandad, incluso en Oriente diversas posesiones recibidas como donativo de algunos príncipes. De este modo, se puede decir que eran grandes señores medievales. Estos territorios, propiedad del Papa, eran designados como Patrimonio de San Pedro.

San Gregorio Magno trabajó mucho en la reorganización y administración de estos bienes, con lo cual se puede decir que fue de algún modo el primer fundador de los Estados eclesiásticos. Sin embargo, por entonces, el Papa, como todo señor feudal, era vasallo de un rey, fuera el emperador bizantino, fuera rey lombardo.

Crecimiento del poder de los Papas

El prestigio de los Papas, a partir de San Gregorio Magno, fue creciendo de tal modo que algunos, ya en el siglo VII, cerraron independientemente algún contrato.

En este sentido, fue aumentando su independencia práctica durante los pontificados de Gregorio II (715-731) y Gregorio III (731-741). Por eso se puede observar que a medida que aumentaba la odiosidad y desprestigio de los bizantinos, crecía también el prestigio de los Papas.

Así, diversas veces se armaron las milicias del pueblo para acudir en defensa del romano

Pontífice. En algunas ocasiones, al pedir auxilio los Papas, los emperadores bizantinos no lo enviaron. Por esto, los Papas obraron muchas veces con independencia, como señores del Ducado de Roma.

Los Estados Pontificios

El Papa Esteban II pide auxilio a Pipino “el Breve”. Estando así las cosas, el año 751, el rey lombardo Astolfo, en lucha contra los bizantinos, dueños de Italia central y meridional, acometió al Ducado de Roma y se presentó ante la Ciudad Eterna. El Papa Esteban II (752- 757) pidió auxilio al emperador bizantino, de quien era súbdito. Mas como no le viniera, acudió a Pipino “el Breve”, nuevo y poderoso rey de los francos, presentándose personalmente ante él en Pontion el año 754. Pipino recibió con gran satisfacción al Papa, tomó su caballo del cabestro y lo condujo a su palacio. Pocos días después repetía el romano Pontífice su consagración, ungiéndolo a él y a sus dos hijos, y

él a su vez le hizo la promesa carisíaca (de Quiercy), de reconstruir y devolverle los territorios del Ducado romano.

Donación de Pipino “el Breve”

El Papa Esteban volvió a Roma escoltado por un ejército franco ante el cual cedió Astolfo. Pero al retirarse este ejército volvió a hostigar al Papa. Entonces se presentó Pipino personalmente, venció a Astolfo y le reconquistó todo el territorio del Papa, del cual le hizo entrega solemne. Es la célebre donación de Pipino.

Donación de Carlomagno

Durante los años siguientes tuvieron que vencer los Papas muchas dificultades interiores y exteriores. Pero el nuevo rey lombardo Desiderio volvió a hostigar al Papa Adriano I (772-795), incluso se presentó ante Roma en plan conquista. Entonces, el Papa acudió al sucesor de Pipino, el célebre Carlomagno, en demanda de auxilio. En efecto, acudió éste,

conquistó el reino lombardo, ciñéndose su corona y destronando a Desiderio, y el año 754 renovó en Roma la donación de su padre. Es lo que se llama la donación de Carlomagno, que añadía algunos territorios a los de Pipino. Quedaba, pues, confirmada la posesión de los Estados Pontificios.

Compendio de Historia de la Iglesia Católica

Bernardino Llorca, S.J.