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Flores de Loto

Flores de Loto, Charles Courtney Curran, 1888. Colección Daniel J. Terra. Terra Foundation for American Art, Chicago (EEUU)

Un mar de flores de loto de múltiples colores, que pasan de los azules a los verdes, amarillos y blancos, cubre lo que parece ser un gran estanque. Se trata de un remanso de aguas en el lago Eire, en los Estados Unidos, en donde la familia del pintor posee varias casas de campo.

Poco después de casarse, ese mismo verano, Charles Curran homenajea a su mujer pintando este cuadro, en el que la vemos, vestida de blanco, y recogiendo unas flores junto a su prima, Charlotte, como hacían poco antes, para formar su ramo de novia.

La perspectiva truncada de la embarcación hacia nosotros, nos da la sensación de estar en ella, invitados por la familia, disfrutando de este paseo matinal. Casi podemos escuchar el chapoteo de los remos en nuestras manos, abriéndonos tímidamente el paso entre ese inmenso tapiz de flores y sentir el aroma húmedo que desprenden.

La transparencia de la sombrilla, que les protege de los intensos rayos del sol, produce una curiosa opalescencia, que la convierte en un enorme nenúfar, en plena armonía con las plantas acuáticas, también traslúcidas, creando una atmósfera de ensueño, en medio de esta infinidad de lotos gigantes. Una atmósfera de paz que invita a la contemplación, nos habla de la pureza, la virtud, la belleza de la creación y termina por evocar el paraíso perdido que nuestras almas tantas veces anhelan.

V I D A

Charles Courtney Curran (1861-1942) nació en Hartford, Kentucky (Estados Unidos). Después de casarse, se establece en Cragsmoor, en el Estado de Nueva York. Fue un líder de la Cragsmoor Art Colony. Junto a su esposa, escribieron artículos en la revista Palette and Brush. Influenciado por el impresionismo francés, recibió reconocimiento por sus retratos y paisajes, muchos de ellos de la zona de Cragsmoor, mostrando gran facilidad para la representación de flores y plantas.