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El Papa Francisco rezó ante la tumba de San Pío

El Papa Francisco rezó ante la tumba de San Pío

Para recordar los 50 años del fallecimiento de Padre Pío, y los 100 de la aparición de los estigmas, el Papa Francisco viajó a las dos ciudades donde vivió San Pío. 

En Pietrelcina le recibió el arzobispo de Benevento y el alcalde. Su primera parada fue en la capilla de San Francisco, donde está el “olmo de los estigmas”, el árbol junto al que Padre Pío recibió las estigmas.

Francisco invitó a seguir el ejemplo de este santo, que precisamente vivió un periodo difícil en esta ciudad.

“En aquellos terribles momentos el Padre Pío se nutrió de la oración continua y de la confianza que supo poner en el Señor. Al mismo tiempo, considerando su incondicional lealtad a la Iglesia, daréis testimonio de comunión, porque solo la comunión – o sea el estar siempre unidos, en paz entre nosotros – edifica y construye. Un país que discute todos los días no crece, no se construye, asusta a la gente”.

El Papa también viajó a San Giovanni Rotondo, donde Padre Pío vivió su sacerdocio. Francisco primero visitó a los enfermos del hospital llamado “Casa de alivio del sufrimiento” fundado por Padre Pío. Lo recibieron con los brazos abiertos.

También se reunió con la comunidad de Capuchinos, quienes le guiaron hasta los restos de Padre Pío y el crucifijo de los estigmas. 

El Papa Francisco puso una estola encima de la cripta de cristal como símbolo de la confesión y rezó ante el cuerpo del fraile capuchino.

Cientos de personas esperaban al Papa Francisco para la misa en la basílica del santo. En su homilía el Papa mencionó el triple legado de Padre Pío: oración, pequeñez y sabiduría.

“San Pio, cincuenta años después de su marcha al Cielo, nos ayuda, porque como legado nos quiso dejar la oración. Aconsejaba: “Rezad mucho, hijos míos, rezad siempre, nunca os canséis”.

“Pequeños son los que tienen un corazón humilde y abierto, pobre y necesitado, que advierten la necesidad de rezar, de encomendarse y dejarse acompañar”.

“La única arma sabia e invencible es la caridad animada por la fe, porque tiene el poder de desarmar a las fuerzas del mal. San Pío combatió el mal toda la vida y lo hizo con sabiduría”.

Tras una larga mañana, el Papa Francisco regresó a Roma. Una mañana intensa, pero que le regaló emocionantes momentos cerca de uno de los santos más queridos de Italia.