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Chema y los 10.000 rosarios repartidos en su funeral

Chema Postigo y los 10.000 rosarios de su funeral

Entre Barcelona, donde se celebró en marzo el funeral de Chema Postigo, padre de 18 hijos -15 vivos-, el velatorio y Madrid, se dieron 10.000 rosarios a las personas venidas desde varios lugares del mundo a decir adiós a este padre de familia, marido de Rosa Maria Pich, conocidos por ser la familia con hijos escolarizados más grande de Europa.

Su hermano Miguel, después de unos meses, ha hablado con Aleteia para contar algunos rasgos de su hermano. Cobel le acaba de publicar el libro "A mi hermano Chema. La carta que no llegué a escribirte".

En el libro Chema Postigo parece una persona ideal. No sólo era padre de 18 hijos sino que invitaba a comer a menudo a un mendigo que conocía. ¿Esto no es demasiado?

Sí, Chema era muy bueno y se notaba en su forma de ser ya desde pequeño, pero eso no impedía que se enfadara; como digo en el libro, era muy competitivo y no le gustaba nada perder en los deportes que practicaba ni en los juegos de distinta índole.

En más de una ocasión se enfadó de verdad por este motivo.

Chema era una persona fundamentalmente buena, de corazón grande, que con su lucha diaria lo acabó agrandando tanto que ya no le cabía dentro. Una persona buena, atenta a las necesidades de los demás, trabajadora, inteligente –con buena cabeza-, luchador, constante.

¿Se imagina su canonización?

En cuanto a la canonización, la verdad es que no tengo ni idea de qué camino va a llevar; ni siquiera sé si se va a iniciar el proceso, por lo que no puedo decirte nada. Lo que sí tengo claro es que la Iglesia es sabia y prudente en todos sus asuntos, pero sobre todo en estos temas, por lo que no creo que se canonice a Chema ni a nadie antes de tiempo.

Vaya personalidad, la de su hermano. ¿Qué respuesta está teniendo su testimonio?

Son muchos los comentarios que estoy recibiendo de personas que ya han leído el libro y a cada cual le llama la atención aspectos concretos de la vida o personalidad de Chema o de alguno de los personajes que ahí aparecen (Rosa, Carmina, la madre de Chema, Rafael Pich…).

Su enfermedad fue fulminante, y la aceptó sin más.

En lo que a Chema se refiere, quizá lo que más sorprende es su confianza en Dios y el deseo de cumplir su voluntad. Si todos los que leen el libro dan un paso adelante en estos dos aspectos, Chema desde el cielo estará más que satisfecho. Si de verdad confiamos en Dios y luchamos por cumplir su voluntad nuestra vida –la de cada uno- cambiará.

La familia Pich-Postigo, desde su perspectiva de hermano y cuñado, ¿qué secreto alberga?

Rosa y Chema han ido haciendo crecer el amor entre ellos, cuidándolo hasta en los detalles más pequeños, “trabajando” el egoísmo de cada uno para que no estuviera por encima del amor, para que los defectos que veían el uno en el otro no ocultasen las virtudes y talentos…

Vale la pena, nos dicen Rosa y Chema, luchar por el matrimonio y la familia. En este campo, yo mismo he tomado buena nota de cosas a aplicar en mi vida.