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El Papa proclama Santo a Manuel González ante la alegría de los peregrinos españoles

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 No cabía nadie más en la Plaza de San Pedro, en Roma. Cientos de miles de peregrinos llenaron la explanada vaticana en un día soleado en el que la emoción y la alegría desbordaba a los asistentes.

Entre los fieles presentes había muchos españoles que acudieron para asistir a la proclamación como Santo de San Manuel González García, Obispo de Palencia y fundador de la Unión Eucarística Reparadora, de la Obra de las Marías de los Sagrarios y de la congregación religiosa de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret.

Ana María Sánchez viene desde Toledo junto a su marido. “Para mí, estar aquí es algo muy grande. Soy de las Marías de los Sagrarios y nunca me había imaginado que podría estar aquí, viviendo este momento en el que se derrama tanta gracia”, afirma. Su marido, José Jesús Fernández de la Cruz, a su lado, subraya sus palabras y añade: “ser católico es lo más inmenso que puede haber”.

Un poco más adelante está Alcalá Martínez, palentina que recuerda “la paz y la tranquilidad que se siente cuando voy a visitar la tumba de San Manuel González en la catedral de Palencia. Es una experiencia espiritual difícil de describir. Te sientes emocionada”.

En otro extremo de la Plaza de San Pedro, María José Rubio Panadero, de Sevilla y miembro de la Obra de las Marías de los Sagrario, destaca lo grandioso del momento. “San Manuel González hizo mucho por la Eucaristía. Él no quería que el sagrario estuviera solo. Quería que el Señor estuviera siempre acompañado en el sagrario, y eso es lo que hacemos nosotras, las Marías de los Sagrarios”.

Cerca del obelisco egipcio que se alza en el medio de la explanada ondea una bandera valenciana. La sostiene Eduardo Chávez Gómez, de 49 años. “Vengo desde Valencia, y tenía que estar aquí”, explica. “Estuve en 2001 en la beatificación de don Manuel por San Juan Pablo II. Soy seguidor del mensaje de San Manuel: la importancia de acompañar al Señor en el sagrario, de no dejar nunca el sagrario abandonado”.

A su lado, Federico Morillo dice que “San Manuel González nos da una visión muy grande de la Eucaristía. Hace que todos nos queramos más y nos da la fuerza para poder llegar mejor a todos los necesitados”.

No muy lejos del grupo de valencianos están unas hermanas de la Obra Misionera de Jesús y María. La Madre Juliana Santacruz explica que tenían que viajar a Roma para una serie de trabajos, pero que querían que el viaje coincidiera con la canonización de San Manuel Gonzáles, “porque nuestra madre fundadora, la beata María Pilar Izquierdo, perteneció a las Marías de los Sagrarios, el movimiento que creó San Manuel González. Por lo tanto, estamos muy unidas a él y a la congregación de las Eucarísticas Nazarenas. Por eso hemos querido acompañarles en este día de gloria para toda la Iglesia”.

Rosa María García, de 27 años, vive en Albacete. Vino a Roma para asistir a la canonización de San Ludovico Pavoni. Ha venido con un grupo de chicos y chicas pavonianos de diferentes provincias de España. “Hemos venido a Roma con gran ilusión y alegría. Llevamos muchos años con los pavonianos en España y siempre hemos estado colaborando con ellos, con los chavales, haciendo muchas actividades”.

Su amigo, Guillermo García, tiene 23 años y es de Valladolid. Asegura que “para nosotros, estar aquí es una experiencia muy profunda. Tenemos que dar las gracias a todos los pavonianos, sobre todo a los de España. Gracias a ellos estamos aquí junto al nuevo santo y podemos trabajar con los jóvenes como hizo él”.