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La fuerza de intercesión de San Antonio

Bebé curada

Uno de estos milagros está relacionado con la curación de una bebé, a la que, cuando aún era un feto en el seno materno, sometieron a su madre a una primera ecografía, en la que le detectaron,tremendo veredicto: que la niña tenía una mancha muy fea en la parte derecha de la cara. El ginecólogo mandó a los padres a una colega especialista de Verona.

El segundo examen no sólo confirmó el diagnóstico, sino que mostró un cuadro clínico aún más grave: además de la malformación, habría una infección en curso, que ponía en riesgo la vida de la niña y también la de la madre.

Por consejo de los dos médicos, la pareja decidió escuchar un nuevo parecer, el de un especialista en Bolonia. Pero la agenda de este especialista no permitía recibirlesantes de dos meses. Así que la abuela de la niña se confió a la oración, dirigiéndose a San Antonio.

Dos hechos milagrosos

Inmediatamente después, los padres volvieron a intentar conseguir una cita en el médico de Bolonia. Desde la secretaría, la respuesta esta vez no fueron dos meses, pues se había liberado un sitio. Precisamente el 13 de Junio, festividad de San Antonio de Padua.

Ese día, 13 de Junio de 2014, de camino a Bolonia, la familia decidió detenerse un momento a rezar al “Santo” en Padua.

El segundo milagro se produjo, en el hospital de Bolonia, cuando el médico especialista, al examinar la ecografía, que hizo al niño, en seno materno, con gran sorpresa suya y de la familia, presente en la consulta, dijo que lo que él observaba en su examen no tenía nada que ver con las ecografías e informes, que le llevaba la familia: la pequeña no tenía ninguna lesión cerebral.

El Padre Enzo Poiana, OFM Conventual, Rector de la Basílica de San Antonio de Padua, contó la historia de la pequeña a los fieles presentes en la Misa, ese mismo día 13 de Junio de 2014. Obviamente, el sacerdote usó toda la cautela posible pues en estos casos la Iglesia necesita numerosos controles y verificaciones antes de hablar de milagro.

San Antonio contribuye a la conversión

Hay unos “milagros”, muy de San Antonio de Padua, la conversión espiritual de quienes se acercan a él. El Padre Julio nos contaba su experiencia como confesor en la Basílica del Santo en Padua, donde pudo comprobar, en sus muchos días y horas dedicado al sacramento de la Confesión, que llegaban a confesarse personas que llevaban mucho tiempo alejadas de la confesión; a quienes le decían que llevaban 10, 20, 50, 63 años sin confesar, el padre les preguntaba: ¿cómo te has decidido a dar el paso?; la respuesta más habitual era: “Entré en la Basílica y sentí que éste era el momento."

Gracias a Dios, cuando el P. Julio estuvo en el confesionario, los días en que el Busto-Relicario de San Antonio de Padua estaba en iglesias y capillas, también se han dado casos de personas que se han acercado a confesarse, después de muchos años sin hacerlo.

Demos gracias a Dios, por la continua distribuciónde gracias, que realiza por intercesión de San Antonio de Padua.