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A ésta, que es hija de Abrahán, ¿no había que soltarla en sábado?

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. 
Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar. 
Al verla, Jesús la llamó y le dijo: 
- Mujer, quedas libre de tu enfermedad. 
Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. 
Y glorificaba a Dios. 
Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: 
- Seis días tenéis para trabajar: venid esos días a que os curen, y no los sábados. 
Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: 
- Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata del pesebre al buey o al burro, y lo lleva a abrevar, aunque sea sábado? 
Y a ésta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado? 
A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía.

Comentario Papa Francisco

Jesús dice a los doctores de la ley: “Hipócritas”. También nosotros podemos pensar cómo es nuestra palabra: ¿es hipócrita? ¿Es un poco de aquí y un poco de allá, para estar bien con todos? ¿Es una palabra vacía, sin esencia, llena de superficialidad? ¿Es una palabra vulgar, trivial, o sea, mundana? ¿Es una palabra sucia, obscena? La luz brilla e ilumina a los demás en el camino, y hay cristianos luminosos, llenos de luz, que buscan servir al Señor con esta luz. Y hay cristianos tenebrosos, que no quieren nada del Señor y llevan una vida de pecado. Existen un tercer grupo de cristianos. Ni luminosos ni oscuros: son los cristianos de color gris, que en una ocasión están de esta parte, y en otra de aquella. Están siempre en la mediocridad: son los tibios. En el Apocalipsis el Señor a estos cristianos de la mediocridad les dice. “¡Ojalá fueras caliente o frío! Pero porque eres tibio -gris- ¡te vomitaré de mi boca”. El Señor es duro con los cristianos de colore gris: Yo soy cristiano, pero sin exagerar.