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¿Está permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?

En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: 
- Levántate y ponte ahí en medio. 
Y a ellos les preguntó: 
- ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir? 
Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: 
- Extiende el brazo. 
Lo extendió y quedó restablecido. 
En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.

Comentario del Papa Francisco

Jesús nunca se negó a curar a los enfermos. Nunca siguió de largo, nunca miró para otro lado. Y acuando un padre o una madre, o incluso sencillamente personas amigas, le llevaban un enfermo para que lo tocase y lo curase, no se entretenía con otras cosas; la curación estaba antes que la ley, incluso una ley tanh sagrada como el descanso del sábado (cf. Mc 3,1-6). Los doctores de la ley regañaban a Jesús porque curaba en día del sábado, hacía el bien en sábado. Pero el amor de Jesús era dar la salud, hacer el bien: y esto va siempre en primer lugar.