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Bautizo en Vattetot-sur-Mer

Bautizo en Vattetot-sur-Mer. Éduard Gelhay (1856-1939) Museo de Morlaix, Francia

SE celebra el bautismo de un recién nacido en la iglesia de un pueblo normando. Una cálida luz penetra por la ventana e ilumina el rincón del baptisterio, en esta mañana de avanzada primavera.

La madrina sostiene al bebé en sus brazos, abrigado con un hermoso faldón rematado de puntillas. El padre asiste a su lado, en pie, con su sombrero de copa en la mano y el rostro sereno. La madre no está presente, descansa en la cama, recuperándose del feliz parto. Conscientes de los beneficios del Bautismo no han querido esperar varios días para impartírselo.

En el otro extremo de la vida, un anciano sacerdote lee las oraciones del libro que un monaguillo sostiene haciendo de atril. A su lado, otro porta en alto una vela encendida, símbolo de la fe y de la luz de Cristo que guiará el camino del bautizado hasta el final de su vida. Detrás, el sacristán espera junto a la pila bautismal, rematada por una brillante cruz sobre el orbe dorado, para levantar la tapa y ayudar al celebrante a verter el agua sobre la cabecita de la criatura. Del otro lado, discretamente, un familiar ayuda a una inquieta niña a ponerse la cofia, que les sirve de mantilla. En lo alto, sobre la pared, una imagen de la Santísima Virgen preside la escena.

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El bautismo es el primero de los sacramentos. Nos libera del pecado original, elevándonos a la calidad de hijos de Dios y miembros de la Iglesia. Es una inconsciencia retrasar el bautismo y mucho más dejarlo para “cuando sea mayor”, para que pueda decidir por sí mismo, si recibirlo o no. ¿Acaso le preguntan al niño si quiere comer, vestirse, o ir a la escuela?

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Édouard Gelhay nació en París el 13 de junio de 1856, y falleció en un pueblecito de la Picardía, Braine  (Francia), en 1939. Se formó con Alexandre Cabanel, en la escuela de Bellas Artes de París. Expuso por primera vez en el salón de 1876. Se dedicó a la pintura de género, aunque entre 1893 y 1895 realizó diversos retratos de los miembros de la familia Bonaparte encargados por Napoleón Víctor Bonaparte, pretendiente bonapartista al trono francés, para el Museo de Versalles.